La vida fugaz de la partícula la orillaba al regocijo en la arena. Unos segundos y una ola la tomó desprevenida. Fresca y mortal catástrofe.
Elisa T Hernández
"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin". Jorge Luis Borges, Siete noches.