"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
lunes, 5 de agosto de 2013
5 agosto 2013
Una a una, recogía la impresión de sus huellas. Con esa tinta y ese lienzo escribiría nuevas historias y resignificaría lugares. ET
A empezar de nuevo
ResponderEliminarexacto
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