"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
domingo, 29 de diciembre de 2013
29 diciembre 2013
Su promesa involucró palpitares de tabla, acordes de jarana y caldo caliente para aguardar el escampado. Así le dedicó sus cinco sentidos. ET
Fandango.
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