"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
viernes, 18 de mayo de 2018
18 mayo 2018
Con escombros y pedacería, erigió un muro de miseria más grande que la misma nariz celebrada. La mentira es palabra de cal, arena y amor.
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