"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
viernes, 22 de marzo de 2013
22 marzo 2013
Todo mejoró cuando, al anden, llegó el tren vacío.
ET
Sueñis guajiros
ResponderEliminarsí me ha tocado, eh
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