"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
sábado, 28 de diciembre de 2013
28 diciembre 2013
Tantos eran sus deseos que al frotar la lámpara sólo pidió tiempo. Ella se encargaría de lo demás. ET
Sii
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