"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
viernes, 19 de febrero de 2016
19 febrero 2016
La mujer manglar vivía consagrada a equilibrar todo
cerniendo la zupia de la vida. Pero dimanaba salobre gusto que obligaba a rodar
una lágrima. ET
ay, pero todo lo absorbía
ResponderEliminar