"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
martes, 26 de abril de 2016
26 abril 2016
En un mundo en el que la transferencia de datos está a la
alza, él, siempre adelantado a su tiempo, transfería responsabilidades y
culpas. ET
Convenenciero
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