"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
martes, 23 de enero de 2018
23 enero 2018
Cuando salió a besar la rosa le faltó el aire, con el viento en la cara recordó que era un pez. ET
Despistado
ResponderEliminaray sí
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