"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
jueves, 3 de octubre de 2013
3 octubre 2013
Al espejo notó que esa única señal de felinidad no había vuelto a crecer. Suspiró. ET
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