"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
miércoles, 30 de octubre de 2013
30 octubre 2013
Muchas ideas en la cabeza, poco dinero en los bolsillos y nada en el corazón. Así, poco a poco se despojaba de lo superfluo.
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