La batalla contra los picotazos del carpintero fue frontal,
la historia se podía leer de las heridas expuestas. ET
Este nuevo tránsito palpitante se respiraba como lo hacen
las cosas silenciosas y perennes: la humedad, el nido del comején. ET
"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin". Jorge Luis Borges, Siete noches.
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