"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
viernes, 26 de agosto de 2016
26 agosto 2016
Mientras se conectaban bajo el árbol, el verdor iridiscente
cargado de amor estaba ahí, titilante, sonoro y no podían verlo. Colibrí. ET
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