"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
domingo, 29 de septiembre de 2013
29 septiembre 2013
Con cada arcada se desintoxicaba de la falsa felicidad que ingirió la noche anterior. ET
Oh oh
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