"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
lunes, 30 de septiembre de 2013
30 septiembre 2013
Nadie se preocupa, ni ella. Tenía su paraguas verde. ET
Que llueva lo que quiera
ResponderEliminar