"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
sábado, 19 de abril de 2014
19 abril 2014
Sobre el espejo se contempló un año entero, en silencio y en palabra. La razón no estaba ahí. ET
Locura
ResponderEliminar