"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
sábado, 17 de diciembre de 2016
17 diciembre 2016
En un ridículo afán de detener la
destrucción derivada de la tecnología, a cada humano nacido se le extirpaba el
pulgar. ET
Terror
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