"Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin".
Jorge Luis Borges, Siete noches.
martes, 17 de mayo de 2016
17 mayo 2016
Tenían la expectativa de ver el oleaje del mar en la vasija
llena de océano. Pero su vaivén era extrínseco, ella dependía del contexto. ET
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